Toda marca tiene una historia, un periodo de investigación, una inspiración. La mía empezó en Nueva York.
Mis andanzas por Manhattan y mi propia investigación de los barrios newyorkinos, con sus edificios, restaurantes, decoración, y sobre todo, mezcla de culturas, de razas, de rasgos, de idiomas y de vidas al final de cuentas, me comenzó a resultar realmente interesante.
Tanto el color llamativo de una sudadera neón entre la multitud de la 34 Street como la empresaria y financiera con traje de chaqueta cambiándose las zapatillas runners por los tacones de aguja al entrar en la oficina, me inspiró.
Y quise plasmar estas dos cualidades mías, observar el street style de Nueva York y dibujar, empezando a hacer bocetos de lo que serían las prendas de esta colección. Estos bocetos eran siempre blazers, prenda origen de la marca.
Con mi idea muy clara, mis bocetos de PARSONS, mis muestras de telas fruto de mis idas y venidas por el Fashion District de Manhattan, y toda la pasión e ilusión que “diseñar y crear moda” me provoca, me trasladé a CENTRAL SAINT MARTINS, la escuela británica de Moda más sofisticada de Londres. Allí me dediqué exclusivamente a estudiar paso a paso lo que necesitaba para construir lo que quería. Cursos de Patternmaking, Fashion Design Intensive, Cool Hunting y How to build your own label entre otros dieron paso a mi colección. Mi concepto ecléctico de la moda , llevado a una realidad palpable y hecha posible para los armarios femeninos es Á+BLAZERS. Siempre teniendo de base la prenda básica por excelencia para la marca que es el blazer, quise desarrollar mi capacidad diseñadora llevándola a otros terrenos del armario femenino como vestidos y faldas, siempre basadas en el contraste de telas, una parte de la prenda neutra, combinada con otra potentemente llamativa.